Después de tener el remordimiento guardado como calcetín perdido, no dejo de pensar en salir de lo cotidiano.
Olvidar de todo lo que me pasa y caer en este puño de palabras.
Que nadie escuchara.
Entenderme con este silencio.
Y dejar que mis pensamientos hablen entre si y se comuniquen conmigo.
Hoy no quiero ofrecer chismes de otras personas.
No quiero contar las desgracias de siempre.
Y no quiero decir estupideces políticas que caen en lo absurdo.
Si no, que quiero mentirme diciendo que soy un rico feliz por que de pobre suena muy feo.
Solo afirmo cosas que verbalmente no puedo decir. Como...la enfermedad es mejor que la medicina.
Simplemente, quiero ocultarme de todo y de todos.
Pasarme en ese espacio de esa mente que se graba y se pregunta donde chigados estoy.
Me criticare diciendo que pertenezco al clan de los inadaptados sociales que no entra en un círculo de pura habladuría.
Que no sabe contar chistes y solo refleja en su mirada un enojo sin hacer caso a nada que no le diga que tiene.
El tiempo decidirá en que momento aparecer y caer gordo.
Pero ahora quiero descansar.
Y dejar que mi mente no pregunte…solo responda.
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