Todavía recuerdo los golpes que me daba en la calle con mi querido "carro deslizador", mejor conocido como la legendaria Avalancha Apache. Un juguete extremo para su tiempo, una mezcla de emoción, raspaduras y temeridad infantil.
Jugábamos en plena calle, sin importar si venían autos, doñas con escoba, niñas con faldita o perros con complejo de tiburón. Era una época en la que el pavimento era nuestro parque y el peligro, parte del juego.
Para echar a andar esa joya necesitábamos fuerza de empuje. Podía ser una calle empinada, el impulso ridículo de las manos, o lo ideal: un buen compañero que empujara con alma de motor. Bastaba decir “después tú sigues” y ya tenías combustible para horas de diversión.
Los días de escuela eran eternos. Solo pensaba en volver a casa y agarrar el dichoso volante negro. A mi madre nunca le pareció buena idea que pasara las tardes volando en ese artefacto infernal, y quizás tenía razón. Pero yo era un niño pilucho, vago y testarudo. Así que no me importaba.
Justo enfrente de mi casa vivía Pedro, otro amante de la velocidad de asfalto. Él también tenía su avalancha. Le decíamos Pedro Pistolas, por su forma tan explosiva de tratar a todos. Fue él quien un día me lanzó el reto: una carrera de cuadra completa. Avalancha contra avalancha. Honor y gloria infantil estaban en juego.
Ese día parecía que todos los niños del barrio salieron de sus escondites. Nunca supe de dónde carajos aparecieron tantos. Los gritos llenaban el aire:
Por supuesto, en aquellos tiempos no usábamos protección. Así que improvisamos: armaduras de botes de leche y cascos de cajas de galletas Marías. Auténtica ingeniería del barrio.
Mi amigo Toño fue el valiente motor que empujaría mi avalancha. Entrenó toda la tarde anterior corriendo por el barrio como loco. Estaba decidido a ganar. Y sí, también tenía motivación extra: le gustaba mi vecina Lourdes, y quería impresionarla.
La meta estaba marcada con una raya de cal en el asfalto. Pedro y yo en posición. Silencio tenso. Y entonces...
¡3, 2, 1... ARRANCAN!
Salimos disparados. Era una carrera rápida, furiosa, con obstáculos y sin reglas. El primer gran obstáculo fue el carro de refrescos del papá de Toño, estacionado justo a media calle. Para pasarlo, tuvimos que lanzarnos pecho a tierra sobre la avalancha y deslizarnos como soldados en misión.
Aprovechamos su atasco romántico y lo rebasamos. Íbamos ya rumbo a la gloria cuando Toño empezó a toser como perro con bronquitis. Pedro nos alcanzó en un parpadeo.
El corazón me latía como tambor de guerra… Hasta que, desde la banqueta, apareció mi madre con escoba en mano. ¡Y me lanzó un escobazo que me bajó la presión! Pedro se adelantó y cruzó la meta gritando:
—¡Lero, lero, su mamá le pegó!
Sólo una observación: el nombre del juguete es "carro deslizador" y tanto "Avalancha" como "Apache" son marcas del producto. Decir "mi Avalancha Apache" es como decir "mi Ford Volkswagen"...
ResponderBorrarHola, gracias por la observación. Lo pude corregir agregando una mejora en el contenido. Y tienes toda la razón. Usé en el momento, sólo lo que recordaba sin verificar el nombre del juguete. Gracias por la crítica.
BorrarLas HURACAN se chingarón porque el mote de AVALANCHA se les quedo a todos los carros deslizadores de la época; es como el curita, el nescafe, el merthiolate, el diurex o el prit. Ni modo morro.
ResponderBorrarHola. Entiendo lo que dices. Evolucionó como instrumento útil de los mecánicos. Gracias por compartir tú crítica. Buen día.
BorrarJajajaj mi hermano y yo teniamos bicicleta y varios amigos de la cuadra tambien y yo y mi hermano solitos nos enseñamos a desarmarlas y repararlas jajaja le asiamos de todo asta las pintabamos ya te la sabes siempre en tu cuadra siempre ay un amigo ke es el ke tiene mas feria $$ y sus papas eran los dueños del abarrote de la cuadra en ese tiempo un solo abarrote atendia casi toda la colonia y ese amigo de nosotros era al primero ke le amanecio el nintendo y supernintendo siempre tenia los juguetes mas nuevos pero era mamon porke no le gustava prestarlos pero lo mas perrro una vez su mama tiro ala basura una avalancha apache la ke es de madera la tiro porke tenia la madera podrida y la miramos y la rescatamos y ls desarmamos le kitamos esa tabla podrida porke ese modelo la madera es acerrin prensado y con humedad se friega y se pudre y remplazamos la msdera original por una tabla de madera pero mas larga y un poco mas gruesa y cerca de mi casa esta una preparatoria cetis ke en vacaciones esta sola y nos brincamos por atras y tienen un patio donde tienen guardadas todas las butakas descompuestas jaja nos robamos 4 butakas ke la parte de plastico es color naranja
ResponderBorrarYa se imaginan la diversion ke se agarra irte en una calle de bajada
Y lo mas perro fue ke el niño dueño de esa avalancha nos la kiso kitar jajaja su mama lenpego unos putasos yble dijo eso te paso por grosero nunca la kerias prestar y con la lluvia se pudrio y la tire ala basura y estos plebes la repararon y ya es de ellos
Entre todo los amigos de la cuadranls paseavamos por toda la cuadra pero ke putasones nos pegavamos jajajaj