¿Quién no soñó alguna vez con volar?
¿Ser alguien diferente?
¿Con alguna apariencia mas carismática y sin pasar horas en el Gim o alguna cirugía?
Y sobre todo tener una capacidad de estado y tiempo que puedas en cuestión de segundos ir a otro sitio sin ningún problema.
¿Que de que estoy hablando?
De una realidad virtual que se esta convirtiendo en una realidad verdadera.
Tan verdadera, que se pueda hacer la vida virtual tan parecida como se pueda a la vida real, quitando los límites que nos impone el mundo físico en el que vivimos.
Su nombre:
SECOND LIFE
Es un juego de rol en el que podremos convertirnos en nuestro alter ego, en algún ídolo o, simplemente, en ser nosotros mismos.
Podremos cambiar la apariencia de ropas, (crearlas como nos guste), cambiar aspectos de nuestra apariencia física (peso, altura, color de pelo, color de piel, ojos, y un etc.)
Y en el estado mas avanzado del mismo juego, incluso pondrían comprar tierras y edificar sobre ellas.
(Como algunos mexicanos que ya tienen por ahí una estatua del ángel de la independencia y algún hotel, una comunidad latina y asta un microbús para el que todos quisieran subirse)
Todo esto acompañado de un ambiente en el que todos y cada uno nos iremos envolviendo según la circunstancia en el que nos trasladamos de un lugar a otro.
Second Life desciende directamente de la nueva generación de videojuegos conectados.
Hace años que los jugadores ya no luchan contra orcos o alienígenas controlados por su PC o consola, sino con o contra otros jugadores, conectados a través de Internet en cualquier parte del mundo. Tanto es así que las consolas de nueva generación, como Xbox 360 o PlayStation 3, han hecho de la conexión a Internet su enlace más importante.
El negocio de los juegos online es inmenso. Se calcula que hay 10 millones de personas que pagan cuotas mensuales para jugar a través de la Red, y otros muchos que se conectan esporádicamente. Entre los más conocidos están World of Warcraft, Everquest, o Los Sims.
Según esta definición, Second Life es un MMOG, o juego online multijugador masivo ('massively-multiplayer online game'). Pero también es mucho más que un juego.
En Second Life no hay misión, no hay orcos que degollar ni zombies que ametrallar. A cambio, hay dinero, negocios, juegos, cultura y sexo. Y un mucho mas.
La creación del 'metaverso'
Según dice su creador, Philip Roseadle, Second Life, más que un videojuego, es un país.
Roseadle es el antiguo director técnico de Real Networks. En 2003 fundó Linden Lab, la empresa propietaria de Second Life. Su objetivo: crear un 'metaverso', tal y como se describe en la novela 'Snow Crash'.
Cualquiera puede hacerse ciudadano de Second Life gratis. Basta con registrarse en su página Web, descargar e instalar el programa.
Con esto, y una buena tarjeta gráfica, se puede entrar en un mundo donde casi todo es posible, desde convertirse en un yeti peludo de tres metros de altura, hasta construir una réplica del Partenón y utilizarlo para dar una fiesta con música en vivo. Todo dentro de la pantalla, claro.
El pasado 13 de mayo la emisora Radio1 de la BBC decidió ofrecer en Second Life su festival musical del fin de semana, que se celebra en el mundo real en Dundee, Escocia. La cadena creó un área de conciertos virtual con grandes pantallas de vídeo, donde los avatares se podían teletransportar y ver en directo a Pink, Snow Patrol o The Streets, inclusive después en alguna comunidad latina, talvez mas adelante en algun tiempo venidero, nos encontraremos con algún concierto de “Shakira” y otros grupos.
Para los que preferían quedarse en su casa (virtual) la BBC creó aparatos de radio virtuales por los que sonaba la música del concierto, que además se podían duplicar gratuitamente y regalar a otros usuarios.
Second Life está de moda. Entre sus ciudadanos hay varios famosos, como el escritor Cory Doctorow, el abogado Lawrence Lessig, el catedrático Meter Ludlow o la galerista Anna Krenz.
Un mundo en el que ya todo es posible.
Donde cualquier persona puede ser alguien o realmente promover quien es, vender, comprar, tener otra vida, conocer gente de otros países, vivir una vida diferente, y lo más importante y poco pronunciado, crear un mundo donde no existan políticas absurdas y llenas de límites entre territorios marginados en lo mismo.
¿Llegara un momento en el futuro en el que nos demos cuenta de que estuvimos intentando vivir una vida imaginaria, haciendo grandes esfuerzos por imitar lo mismo de lo que escapamos?
¿O será este un primer paso hacia las sociedades en las que nos tocara vivir dentro de algún tiempo?
Solo el futuro y la tecnología pueden responder esa pregunta…