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Una vaca en el camino

-¿¡Qué fue!? –pregunta Jaime, asustado por el golpe. -Una piiinche vaca –respondió temblando por la impresión del impacto. -¿Vaca? -Animal cuadrúpedo mamífero… - Decía Carlos desde el asiento trasero- -Si ya sé, una vaca. ¿Pero qué vienes dormido o cómo no la viste? – me caga Jaime. -Vertebrado, astado… -Ponte a manejar tú, a ver si es tan fácil. -Si le pusieras atención a la carretera… -Vivíparo, doméstico… -¡Se atravesó de repente, yo qué culpa tengo! -Como la vez que se te atravesó un árbol, ¿te acuerdas? -Forrado de cuero blanco con manchas negras… -Ya cállate. Les dije, pero no. Necios, marrearon con que vámonos a manzanillo ahorita. ¿Ahorita? Están locos, a qué vamos. Tú dale, nosotros ponemos el gas. Déjenme adivinar, y yo soy el conductor designado, ¿no?, a huevo, mí estimado, sonríe Jaime, y le da un trago largo a la cerveza. -A ver, ya pues, bájense, vamos a desatascar esta cosa. -Atáscate esta –alburea a Jaime. -Mugiente, rumiante… -¿Otra vez…? No jodan, en serio, ayúdenme a mover la vaca. -Nel, mi puerta no se puede abrir, se atoró con el madrazo. -¿Sabías que es incorrecto decir que algo escribe con “v” de vaca? También existe “baca”, con “b” –filosofa Carlos, interrumpiendo finalmente su enumeración de atributos de la vaca. -Ya, hombre, ayuden, no sean gachos. -Naaa… Vaaaamonos, cantó Carlos cerrando con un portazo. Lo dicho, no es fácil convivir con borrachos, especialmente cuando son tan alegres como estos. No dejaron de cantar en todo el camino, mezclando a José Alfredo y Chente con Caifanes y The Doors. Pero también yo, cómo se me ocurre llevarlos a Manzanillo a estas horas y en estas condiciones. -Tanto peca el que mata a la vaca… -Como el que le agarra la pata. -Como el que lo atropella. -Como el que va borracho en el mismo camino. -Como el que la quiere desatar. -Como el que no metió el freno a tiempo. -Hey, no se claven, bájense a empujar… Pobre vaca, todavía esta calentita, pero ni chance ya de nada. El golpe estuvo duro. ¿Saldrá muy caro un animal de estos? Un litro de leche cuesta, qué ¿$11.00 pesos? Cómo pesa, la maldita… En la india me lincharían por esto, seguro. Y pensar que allá no se las comen. Estos dos mendigos andan hasta atrás. Pero van a ver mañana, cuando despierten bien crudos, a media carretera y con el carro hecho mierda. -Qué onda, ¿arranca o no? -¿No estas viendo, wey? El cofre está aplastado, ni siquiera jala la marcha al darle la llave, ya valimos – respondo, pesimismo en pleno. -Tranquilízate, mi buen. Mejor échate una chela. Mira. Agarra la del Jaime, ya se quedó dormido, aprovecha. -Ya ni la friegan. A medio camino, el carro inservible, y ustedes como si nada. -Relax, compañero, o como decía Kaliman, serenidad y paciencia… -Es que no es justo, pinche Carlos. -Ya, pues, ya. Carlos ya se durmió. Aventé por la ventanilla las últimas cervezas lo más lejos posible. En fin. Creo que me voy a dormir yo también, faltan unas cuatro horas para que amanezca. Habrá que conseguir una grúa, me va a salir carísimo. Me van a matar cuando sepan de lo que pasó. A ver si la aseguradora contempla un apartado de “colisiones con semovientes”. Creo que no estamos tan lejos de Manzanillo ya. Veremos. Total, mañana será otro día.

Un relato para el conejo

El conejo quiere su poema. ¡Mira tú! Y encima me lo pone en mi lista de pendientes semanales... bueno, ¿qué le vamos a hacer? Los conejos son desesperados por naturaleza, siempre nerviosos con su nariz oscilante y sus ojos perdidos. El poema ya está. Se lo he enviado con el siguiente mensaje: señor conejo, Bla, Bla, Bla. Bla, Bla, Bla. Hubo varios intentos, muchos de ellos desagradables, tormentosos y hasta aburridos... al final me rendí. Tenía que escribir un poema que me saliera a mí y no a una transparencia de Alicia colada en mi mano. Descubrí que Alicia es una pésima poeta. Pero el conejo, no, ese, creo que tiene alma de bohemio, aunque es un poco reborujado el pobre. Así que en su 'honor' le he escrito su poema para "Alicia". No se aceptan reclamaciones, en todo caso, es libre de no incluirlo si no le gusta ¿verdad? Un abrazo desde la tibia y vaporizada casita de mi corazón. Ahora sólo falta que le guste, porque eso de trabajar de encargo no sé si sea bueno o malo. (¿Cuándo saldrá el libro de ‘Alicia’?) Hay muchos que tienen ideas sobre la prostitución del arte, yo nunca he tenido esos conflictos, aunque sí una tozuda reticencia a escribir por orden, tal vez se deba a mi falta de espiritualidad (lo primero, no lo segundo, lo de ‘ la tozudez’ es herencia genética de ambos lados del árbol)... Pero supongo que no es que no tenga espiritualidad, sólo que no le he dado forma dentro de mí mismo. Así que, sigue la búsqueda.

La Jungla

Para llegar hasta aquí, gastamos un tanque completo de combustible fotónico, tardamos dos años buscando el planeta que mas se asemejara al nuestro, que fuera el tercer planeta de una estrella mediana con oxigeno y agua en grandes cantidades, con una biología basada en el carbono, que nos permitiera estudiar quizá alguna variante en la evolución de planetas gemelos. Lo encontramos, llegamos una lluviosa tarde, confiados en encontrar a sus habitantes. ¡Y vaya que lo encontramos! Miles de insectos, aves, y unos seres parecidos a nosotros aunque comparada con la de nuestro planeta las nuestras son jardines caseros, cualquiera que las conozca sabe lo terribles que son. No se parecen a esas escenas donde el joven y su bella prometida hacen el amor al amparo de los dulces sonidos nocturnos. ¡Mentira! En este lugar todo muerde, todo envenena, todo pica, todo se corrompe, es el esquema vivo y más brutal e todos. Nuestro equipo no resistió más que unas semanas, ahora todo se convirtió en pedazos de herrumbre. Bajo esta luna plateada en medio de la selva, nos acordamos que en nuestro entusiasmo no enviamos señales de rescate. Así que estamos irremediablemente perdidos para siempre en esta selva. Yo y mis compañeros nos volveremos fósiles, o simplemente nos pudriremos sin dejar rastro bajo este torridosol y esta humedad. Lo más triste es que no volveremos a ver nuestro planeta, ni podremos comunicar nuestros descubrimientos. Aquí la evolución tomo otro pavoroso rumbos y en vez del sabio y pacifico reino de los dinosaurios, los salvajes homo sapiens son los dueños de este planeta que en sus sucias manos esta conectado a la destrucción total.