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El Pensamiento Oculto

Talvez si…
Muerte: Hay vacante en un sucursal como vendedor de boletos. Carlos: Es de pensarse. No cabe duda que mi miedo es cada vez más importante que mis ansias por querer hacer eso. Muerte: ¿Lo dices por lo que paso? ¿Estabas seguro de lo que hacías? Por que cuando te digo una cosa es para que entiendas que lo importante de esto es que mires arriba de tus pies. No te lo digo en broma, pero te acuerdas o quieres que use el término de: Te lo dije. Carlos: no entiendo. Muerte: Ese es el problema de todo. Te falta madurar y convencerte de que esto es solo un sueño. Un sueño que ya despertaste y te levantaste con el pie equivocado. Carlos: ¿Realmente te importa lo que soy? Te inspiras en convencerme de que lo correcto es lo mejor. Creer o hacerme creer que valgo lo que soy. Que necesito hacerme la idea de que soy fuerte y no un cobarde como me siento. Que pena me doy. Ambos se sentaron en una banca de un jardín y presenciaron como el cielo oscurecía en una tarde de mucho andar por entre calles, vagando sin sentido. Muerte: Es así de simple. El que te pasen estas cosas es para que entiendas de que estas vivo. Que sigues vivo. Que todo lo que hagas y no hagas, es consecuencia tuya. Es culpa tuya. Y si hablamos de esas cosas llamada amor. La pérdida del tiempo al que tú entras, es infinita. No caigas en el mismo error. Carlos: De nada sirve que me digas eso. Por que no terminas con esto y me dejas en ese lugar al cual en algún tiempo tendré que ir. Ahórrate ese tiempo, total que importa. ¿Qué importancia tiene? Muerte: no es lo que importa. Si lo fuera, la mayoría estaría dispuesta a irse sin importarle nada de este asunto. Y te digo algo… no es como tu lo piensas. Hay cosas de las que poco a poco entenderás y necesitaras para llegar a ese lugar. Si lo haces rápido el sufrimiento es lo peor que te puedes llevar. Te aconsejo que mejor rectifiques eso y te conviertas en algo productivo con consecuencia a superar esto. Por que el final de todo, es tan importante que te arrepentirás de no haberlo echo. Muchos sufren y seguirán sufriendo. Dime una cosa… ¿A que le tienes miedo?

El Pensamiento Oculto

En el camino se queda todo… se pierde… se olvida. 1:25 am Bajo las luces de los faros sobre las calles, solitarias llenas de silencio interrumpidas por algún caminante que deambula sin sentido alguno, solo por caminar.

Muerte: Te lo dije. Todos mienten. Carlos: Es algo que ya no dudo mucho. Solo que… ya no lo quiero recordar. Muerte: Deberías recordarlo, haber si así entiendes que esto del amor, es solo un invento que existe para creer que existes. Por que luego mueres. Caes en el abismo de la locura. ¿No comprendes nada? ¿No te das cuenta que cada vez que lo haces te apartas de lo que eres? Asiéndote al igual y semejanza a un verdadero idiota. Carlos: No creo. No te debo entender, afín de cuentas, es solo un capricho que traigo metido en mi pecho desde hace mucho. No te debería de importar. Muerte: Sabes, existen miles de propósitos baratos de los que te pudiera decir, que lo que hiciste, no era necesario. Le das importancia a algo que no tiene nada de importante. No tiene gracia alguna. No deberías romperte en mil pedazos llorando como un niño o como un loco demente perdido y sin sentido. Te comportas como un hombre. Carlos: Tal ves tengas razón. Esto de ser lo que tal vez no eres, resulta ser un poco complicado. Esto del sufrimiento del amor, es un mito de los que muchos hombres han perdido todo. Te apostaría, que esto es diferente. Esto es verdadero, puro, cristalino…limpio, diferente… Muerte: ¿No te conté?, Que antes de encontrarte, hubo un hombre que estaba enamorado. Era un loco demente con estas cosas. Caprichudo tal cual payaso de circo creyente de ese amor. Y terminó en un letargo ausente y silencioso. Todo fue brutal para el. Perdió todo lo que había encontrado. Dejo de ser quien era, y se convirtió en una marioneta de sus crueles pensamientos. Dejo de ser quien es. Carlos detuvo su caminar sobre la calle en donde el aullido de algunos perros rompía el silencio dejando a este caminante quieto y sereno. Con una mirada frívola saco de su mochila una libreta y se recargo bajo un faro de luz donde había pocos iluminados aquella calle. Muerte: ¿Que haces? ¿Estas de nuevo escribiendo cosas para nada? Carlos: Resulta ser que esto es más entretenido y barato hacerlo. Muerte: Ya entiendo, no tienes otra cosa que hacer. Carlos: ¿Pudiera ser, pero a ti que te importa? ¿Se supone que a estas horas tu trabajo es mas atenuante y entretenido con las tantas desgracias que a diario tienes? Muerte: En ocasiones lo impredecible resulta ser lo más predecible de todo. Sin miramiento alguno, Carlos hablando con voz alta y escribiendo como si supiera que era lo que seguiría ante la expectativa de su acompañante. Carlos:
Necesito pensar en que decirte Pensar en mentiras para hacerte feliz Crear el momento y dejar que el futuro Invada tus pensamientos.

Necesito hacerlo impensable Provocar el llanto de un ciego Haciendo que este llore de alegría.

Necesito pensar en ti Creer en quien eres Y compartir mis alegrías De estas… de las que ya no tengo.

El pensamiento oculto

Hay momentos que no se puede esperar más que lo impredecible.

3:40 am

Hospital del seguro social, noche sola en rincones y pasillos llenos de soledad y mormullos de gentes que durante el día penetran sus quejas, llantos y preocupación, en paredes heladas y lisas.

Carlos: Un…

Muerte: Ella.

Carlos: El.

Muerte: Se marcha.

Carlos: Camina.

Muerte: Calla.

Carlos: Y le mira.

Muerte: Deberías de saber que existen momentos y parar. Olvidar de donde saliste y ver la claridad de las cosas. Por que cuando te des cuenta, todo será inevitable.

Carlos: Cuando llegue ese momento perteneceré a otro nivel de pensamiento. Quizás al que un buen contador tenga. No sentiré más que las presiones de todo a mí alrededor. Seré un zombi financiero.

Muerte: Lo único que encontraras, es una caída de un nivel de tres pisos.

Carlos: Ya te estas preocupando de tener que levantarme de alguna caída. Yo no soy de ese tipo. Soy más que un caminante que tal vez termine con la caída de algún rayo.

¿No entra en lo divino?

Muerte: No. Es tan natural. Pero ya para estos tiempos lo natural resulta ser parte de la desgracia misma. Y termina en porcentaje de tantos como canicas en una bolsa.

Hoy estuve en un hospital mirando como la gente moría por estupideces de ideologías.

Siguen pensando que la felicidad la tiene el dinero.

Carlos: A veces sufro de esa felicidad. Como es momentánea solo me hace sentir cosas que no entenderías. Tu no sonríes, te mantienes firme en ese luto negro lleno de frió.

Muerte: Es mi trabajo. A nadie le importa. Solo le temen.

Carlos: Yo no le temo, solo le temo a encontrarme con el pasado que no quisiera encontrar. Ver en ese espejo mi parte que me hace sentir lo desgraciado que soy.

Muerte: Mira, muchos mueren antes de partir de esta vida. Y terminan en un lugar que nunca entenderán.

Carlos: ¿Quiénes?

Ambos miraron a un rincón donde un doctor le daba algunas pastillas a un paciente con una mirada perdida.

Carlos: Ya entiendo, sus ojos delatan lo que me dices. Se mira sin sentido y solo trata de no sentir el miedo a lo que encontrara. Pareciera que ya lo sabe.

Muerte: Eso es lo extraño. Algunos sonríen, otros lloran, y otros me miran con gran ilusión. Y eso me incomoda.

Carlos: ¿Qué te incomoda? Que miren la única oportunidad que les das a seguir su camino en el otro lado. Tal ves esperan el cielo…

Muerte: Esto del cielo, es solo un mito. No hay cielos, solo un principio.

Carlos: Entonces… ¿que somos? ¿La materia que pertenece a otra materia?

Muerte: No te lo puedo decir. ¿Para que quieres saber? Es mejor vivir con la incertidumbre y descubrir lo que no conoces. Aprender de lo que en el momento encuentras. Así es esto. Así es la vida.

Carlos: No lo dudaría. Solo que soy un hombre como todos. Quiero buscar alguna razón de todo.

Muerte: Eres igual que todos...