Y de repente, aquel hombre alzó la mirada y con voz grave y fuerte les dijo: ¡chinguen a su madr…!! De ahí solo se fue caminando entre aquellas calles hasta perderse en autos y gentes.
Sigo pensando si fue necesario resaltar un poquito la tensión para aquella incertidumbre de muchos a los que no nos animábamos.
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