
Busque el interruptor apresuradamente, la luz me salvaría de aquella trágica invasión de rumiantes.
Pues allí estaba yo destapado encima de mi cama, mirando al techo y esperando a que el benévolo Morfeo se dignara visitarme y mandarme al mundo de los sueños.
Cansado de esperar, esperar y seguir esperando, me decidí encender mi ordenador y meterme a escribir esta cosa; como no tengo internet para poder chatear en algún msn en el que ya estuviera aburriéndome y con ello entrar a el sueño.
pos cuenta caguamas, por lo menos te mareas ja ja ja
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