Por que me dijeron: el que se quiera ir, que se vaya, están las puertas muy grandes para hacerlo, pero las miradas de cientos no me dejaban tomar decisiones por mi mismo. Y aparte no me gusto la idea que de haber pagado la entrada, si así de fácil me fuera.
No señor, a hora me quedo.
Al principio todo era entre decir que uno fue el galardonado al futuro de los 24.000 y que somos la grandeza de ser los únicos en ese lugar.
Llegamos al grado de ser solo el, escuchamos y escuchamos… (Ya ni me acuerdo)
Fue mucho bla, bla y mucho calentar la silla.
Al final todo era alegría, sonrisas y varios compradores de libros, cds, y algún consejo oportuno que no se tendrían que perder.
De lo mucho y poco que eh visto sobre este asunto, es que necesitamos de otros para darnos cuenta que la regamos y que nos haga sentir que somos poderosos y que la montaña de Mahoma esta a la vuelta.
Hacernos la idea en cosas de otros sufridos y pregoneros que nos hacen Light el momento oportuno del día.
Hay mucho en donde encontrar estas cosas momentáneas, que así como programa de televisión, se esfuman ante la felicidad que es un misterio hacerla permanente siempre.
Pero cuando uno se siente como guarache viejo, pues no hay quien nos ilumine ante la desgracia de lo que nos invade.
¿Necesitamos realmente de estas cosas?
Hoy terminado este libro de motivación, pues a prendí que al mal tiempo, pues una buena sombrilla por si llueve.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario