martes, 8 de febrero de 2011

Las cosas que cambiaron mi ciudad

Las de colima, al menos.

Siempre que recorro esa lamina de asfalto, sedienta de velocidad, me asalta un carrusel de recuerdos protagonizada por muertos. Ya que desde un tiempo a la fecha, es el diario en darse a conocer un difuntito echo por un auto. Que entre calles y calles de esta pequeña ciudad, resulta que cada vez esta creciendo adiestra y siniestra la urbanidad en colima. Todavía recuerdo cuando uno podía salir a jugar pelota y echarse un partidito de fut en plena avenida, o ya de plano en una colonia. Aquí ya el ruido, los autos plagados de smog, y los cientos de autos que recorren la cinta asfáltica, poco a poco están convirtiendo a esta cuidad, en una de esas de cine negro deprimente. Las avenidas se están convirtiendo en arterias citadinas letales. Solo con ver alguna, podremos darnos cuenta con las cruces, que ya le tira a cementerio o recuerdito de que ahí se mata gente. Algo así se convirtieron las avenidas como en memoria de nadie. Y lo digo por que acabo de ver un ejemplo de cómo se puede ir uno al otro mundo, tragado por auto. Al ver aquello, me di cuenta, que nadie hace nada por nada. Ni si quiera el sumo administrador citadino que nos cobra impuestos y dizque no hace de nuestra urbanidad, una opción al progreso. Creo que si lleváramos algún registro de cuantos se matan por día en las calles, nos daríamos cuenta de que eso de transitar nos serviría para hacer algún seguro al muertito por si se ya no regresas a reclamar. No tengo ninguna devoción mística o sagrada por la muerte, pero esto es un diario de siempre y de nada, al que seguiré recordando.

poner aqui comentarios

Comparte