Después a sus 19 años tomó la decisión de convertirse en sacerdote y así seguir ayudando a la gente y compartir sonrisas a los niños, quienes les regalaba juguetes a lo largo de su vida con el simple echo de compartir todo lo que tenia, lo hacia completamente feliz.
Entonces este señor tubo dicha, desdicha, felicidad y asta que murió de viejo en Myra, sin imaginar siquiera que seria inmortalizado en un recuerdo que perduraría en la mente de los habitantes de todos los países del mundo.
La popularidad de este señor se expandió en otros continentes, hasta que tiempo después, alguien que seguramente no tenía nada qué hacer mandó a unos mineros a robar los santos huesos del pobre difuntito de este tan buen hombre. Los cuales fueron a parar a la tierra de las pizzas (Italia), hecho que causo tremenda controversia por lo que su fama se extendió por toda Europa, lugar en el que canonizaron a Nicolás (es decir, que a partir de eses momento lo nombraron santo).
Según cuentan las lenguas católicas, basados en las leyendas nórdicas, los europeos se inspiraron del Padre Invierno adoptando la imagen física de San Nicolás, un señor de barba blanca y mirada dulce.
Así, mucha gente repartiría regalos por las noches, tal y como lo hacia san Nicolás. En fin para no hacer el cuento largo, para ese entonces ya todos por varias partes del mundo lo conocían como: Kolya (en Rusia), Niklas (en Austria y Suiza), Sinter Klaas (Holanda), papa navidad (Francia y Londres), Santa Claos (E.U.), Papa Noel (España y América Latina), entre otros que ya no me acuerdo.
Pero aquí no acaba el chisme mitotero de este personaje. ¡No!
Falta diseñar el traje oficial de Santa, tarea que poco apoco realizaron los holandeses y los gringos ojos azules, quienes basándose en ideas y tradiciones de su respectivo país.
Holanda: Santa lucia atuendos sacerdotales y era acompañado por un burro que cargaba dos bolsas: una llena de dulces para los niños que se habían portado bien durante todo el año, y la otra con varas picudas para los niños que no obedecieron a sus papás y se portaron mal.
Pero Santa fue progresando hasta que en el siglo XVII, viajaba en barco acompañado de un caballo blanco y su ayudante Pedro el Negro, quien cargaba los regalos dentro de un enorme costal en el que metía a los niños mal portados una vez había vaciado el costal, y como castigo se los llevaba a España por que en esa época Holanda y España, eran países enemigos (hágame el fravor cabon)
Años mas tarde, los holandeses fundaron la isla de Manhattan (hoy conocida como Nueva York y que según la historia se vendió a los holandeses por sólo 24 dólares).
Se olvidaron de pedro (¿Acaso por ser negro)...¡NAH!
Pero también el caballo regresó, ya que adquirió el poder de volar por los cielos según un libro escrito por el holandés Washington Irving en 1809. Los ingleses estuvieron de acuerdo con ésta idea. En famoso diario de Nueva York, un señor llamado Clement Moore publicó un poema para Santa Claus basándose en las ideas del holandés Irving, sólo que cambio al caballo por siete extraños renos y describiendo a Santa como un personaje chaparrito y con unos kilos de más hasta formar al regordete simpático de barbas blancas.
Pero no era suficiente, ya que un dibujante llamado Thomas Nast perfeccionó la imagen de Santa, además de que creó su hogar en el Polo Norte y el taller donde fabricaba los juguetes, así como su gran sindicato de duendes ayudantes.
Hablando de los susodichos renos, cuyos nombres tienen mucho que ver con su personalidad: (cosa que no me sigue convenciendo) Bailarín, Saltarín, Adulador, Alegre y Veloz alias Rodolfo, a quien por cierto sus compañeros le hacían el feo por su nariz roja. Santa se percató del problema y nombró de jefe de trineo al mismísimo Veloz por su singular nariz roja, como dice la canción.
Arreglado el asunto ya para cada 25 de Diciembre, Santa Claus salía a repartir regalos con su equipo. También se dice y se cuenta que un pequeño duende los acompaña. Pero antes de salir a dar regalos a los niños, Santa ya tenia el informe de cómo se habían portado durante todo el años. Esta y otras mil leyendas han surgido con el paso del tiempo, aunque ésta es la más popular.
Para 1931, la Coca-Cola encargó a un señor de nombre Abdón Sundblom diseñara la imagen de Santa para su compañía publicitaria de navidad (a hora ya nos venden con ositos las cocas), así que manos a la obra: lo diseño más alto y más gordo, pero con una cara más buena onda, ahora su barba era más suave y mejor cuidada, los colores de su traje se conservaron, ya que casualmente siempre han sido los colores de la compañía refresquera. Se trabajó más en el diseño de su ropa, que es más fina y de buen humor gritando jo, jo, jo!
(Hablando de los duendes, creo que por ahí los vi trabajando para otra compañía celular: MOVISTAR)
Y así fue como surgió Santa Claus que todos conocemos, aunque muchos aun desconocen el origen de esta tradición que realmente surgió en Asia e inspiro a gente de varios países y es que Santa no iba a estar de por vida vestido de santito sacerdote, fue la idea de abrigarlo con atuendos rojos, cinto negro, gorro alegre y regordete. Lo importante es que la huella original de San Nicolás no se borró.
Ahora sabes por que la navidad es una época de compartir, solo que San Nicolás no sólo en el ultimo mes del año, lo hizo todo el tiempo y sin exigir nada a cambio.
Y ya para estas alturas en el que el dinero trauma de desen-trauma nuestros propósitos, te deseo una Feliz Navidad y que encuentres muchos regalos debajo de tu árbol, pero no me refiero a bicicletas, muñecas y otros regalos, sino paz, esperanza y mucha voluntad para realizar el montón de propósitos que el próximo año se acerca.
¡Feliz Navidad!
¡Jo, jo, jo!