La idea era romántica: dos niños totalmente enamorados se fugaron en año nuevo con la intención de pasar su luna de miel bajo el sol... en África, con leones, zebras, hipopótamos y uno que otro pingüino. ¿Pingüino? ¿Eso no era de una película de nombre Madagascar? Puro choro mió esto. Pero lo que es cierto que estos dos niños a modo de: me voy pero no renuncio, se fueron en búsqueda del matrimonio de la que todo buen enamorado quiere encontrar.
Lean esto. Durante la nochevieja, el pequeño Mika, de 6 años, cuenta sus últimas vacaciones en Italia a los dos hijas de la nueva pareja de su padre divorciado, Anna-Lena y Anna-Bell.
"A partir de ahí, los niños han construido proyectos de futuro", indicó a
la AFP Holger Jureczko, portavoz de la policía federal.
Criados en familias monoparentales, Mika y Anna-Lena, de 7 años, "se quieren mucho y deciden casarse en África, donde hace calor, y tomar por testigo a la hermana pequeñas de Anna-Lena, Anna-Bell, de 5 años", según el portavoz.
En la mañana del 1 de enero, los tres hacen sus maletas, en las que meten "gafas de sol, accesorios para la playa, ropa ligera y algo de comida" para su aventura. Abandonan el domicilio de Langenhagen, en las afueras de Hanovre (norte) mientras que sus padres respectivos todavía duermen y llaman a la puerta de una amiga que no contesta.
Andan durante un kilómetro, atravesando la ciudad, cogen el tranvía durante tres kilómetros hasta la estación central de Hanovre, donde se disponían a tomar una lanzadera hacia el aeropuerto, explica Jurecsko. La presencia de los tres niños solos en el andén de la estación llamó la atención del personal de la estación, que avisó a la policía.
Dos agentes convencieron rápidamente a los niños que sin dinero ni billete de avión no llegarían a África. Para reconfortarlos, les hicieron una visita guiada de la comisaría de la estación. A los niños les impresionó especialmente las salas de interrogación y los padres los recuperaron rápidamente, según el portavoz. "Siempre podrán realizar su proyecto más adelante", añadió.
Y decidieron tomar en conciencia y esperar un tiempo. (Aparte de las mentadas y regañadas que de seguro les dieron.) Después de pasar mas tiempo si no es que mucho, terminar lo que empezaron, cosa de la vida, cosas de la vida real.
Al saber de esto, me recuerda a cierta personita que ya para la actualidad ya se encuentra casada y con hijos. Por que también por ahí, yo, tenia una niña muy tremenda y enamorada de tras de mi buscándome a cada rato por mi casa.
Según ella terminaríamos casado y viviendo feliz. Qué tiempos aquellos. Qué tiempos.
La idea era romántica: dos niños totalmente enamorados se fugaron en año nuevo con la intención de pasar su luna de miel bajo el sol... en África, con leones, zebras, hipopótamos y uno que otro pingüino. ¿Pingüino? ¿Eso no era de una película de nombre Madagascar? Puro choro mió esto. Pero lo que es cierto que estos dos niños a modo de: me voy pero no renuncio, se fueron en búsqueda del matrimonio de la que todo buen enamorado quiere encontrar.
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