Un pozo de tinieblas.
Negro como una noche donde la penumbra cae desde el cielo. Con sus manos tomó un caldero de brujas, lleno de drogas lunares en eclipse destiladas.
Al inclinarme a mirar si podía bajar el pie Por ese abismo, vi, abajo, Hasta donde alcanzaba la mirada.
Negras Paredes lisas como el cristal recién acabadas de pulir. Y con esa negra pez que el Trono de la Muerte Derrama por sus bordes viscosos.
caigo y entiendo que sigo dormido como despierto.