jueves, 15 de noviembre de 2007

El Tiempo


Es increíble como pasa el tiempo…cuantas veces había oído decir esta frase y ahora, estaba ahí conmigo.

Era yo quien lo repetía:

“es increíble como pasa el tiempo”

¿Por qué no me habían dicho que era el tiempo?

¿Por que no me lo habías puesto entre las manos y me lo habías enseñado con solo leerla y decirme?:

“Mira, esto es el tiempo”

El tiempo son diez dedos para contarlo…pero tengo 30 años.

Y después el tiempo es navidades, “la otra navidad” la navidad próxima.

Y después deja de ser tiempo se hace distancia, un mes después de ti, doce meses después de ti, un año…después de ti.

Y después no hay, ya no hay tiempo contado, solo hay tiempo que pase:

Un año…doce meses…otro año…o una tarde agradable, pasada en casa,…contigo.


Lo triste es, sin embargo lo alegre no.

Lo triste deja huella, una marca, una cicatriz; el tiempo no.


Dicen que el tiempo lo borra todo.

Que pasa como el aire, sin dejar señal alguna y sin darnos cuenta.

Cuando recuerdo al algo casi se vuelve triste por la nostalgia, ya pasó.


Pero aun lo recuerdo.

Pero si es algo triste de lo que recuerde, ahí esta y vuelve a parecer el mismo dolor.

Quizá, solo quizás, con los años, muchos, muchos años, se logre mitigar ese dolor, pero se mitiga solo porque va dejando de ser, el tiempo.


Tan fácil es decir, pasa el tiempo.

Como difícil me es a mi pensar en mas de una cosa, otra vez estoy empezando a olvidarte, de tanto que me duele no olvidarte.

Aquí otra vez sentado obligándome a no pensar en otra cosa que no seas tú, me niego a sufrir, saldré mañana, si, para que sea verdad.

Para que haciendo otra cosa tu ausencia duela mas, si, saldré otro día también, no hay motivo para quedarme aquí, y así podré estar todo el día rodeado de gente y yo solo y esto lo haré hasta el momento en que yo sienta que estas mejor en un trozo de mí, cuando pases hacer parte cuerpo, eso que la gente llama olvido.

Por eso mismo estoy echo de olvidos, por eso mismo estoy lleno de vacíos, de ahí la mirada fija, de ahí la fuerza de tu ausencia, de ahí la necesidad de conocerte y reconocerte, solo para que el tiempo sea de verdad el tuyo.

El tiempo, eso que no sabemos que es.




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