martes, 13 de octubre de 2009

El Hombre Y La Caja

Hoy les traigo la fatídica historia de un hombre que se encontró con su peor realidad en un martes 13. Aaaaaaaaaaaaaaaah!!!. Y se cuenta que en una casa lejos de la sociedad, allá en la pradera se encontraba rodeado por la naturaleza. Llegando la noche en ese lugar extraño se fue la luz eléctrica. No se encendieron los focos que tendrían que iluminar la noche y despejar las penumbras y la oscuridad. Aquel hombre valiente y decisivo, tomo la decisión de prepararse para lo inevitable. Pareciera como que ya supiera que no tendría esa noche la luz que le aria ver la oscuridad. (Buaagh!!) Así que, utilizo algunos botes con mechero que ni a candiles llegaban, pero improvisadamente los hizo para alumbrarse y acabar con ese problema. Poco apoco se hacia mas oscuro; el silencio sucumbió el lugar, solo el sonido de algunos insectos tratando de acercarse a la luz del mechero se escuchaban tronar. Un frió calador penetro su cuerpo y se sentó frente aquella luz. En una silla muy rustica que rechinaba cada vez que este se movía a tratar de espantar algún mosquito. Entonces una idea se le ocurrió. (Música de terror) Con un salto brusco se levanto de donde estaba y giro rápidamente a donde se encontraba la cocina. Por obvia razones no vio nada, así que de nuevo se regreso y tomo aquel mechero para aluzarse. Llegando a la cocina sus ojos se estremecieron por ver por las paredes al momento de reflejar la luz con los objetos algunas forma extrañas que parecieran figuras bizarras sacadas de algún infierno. Levantó su mano hacia donde se encontraba el refrigerador y a tientas encontró una caja del cual rápidamente se la puso entre los brazos. Pareciera que ocultaba algo muy importante para el. Llego rápido al lugar donde estaba sentado y se puso a destapar aquella caja. La cual contenía unos ricos y deliciosos chocolates. Dividíos entre secciones de cuadros en la caja se encontraban aquellos chocolates. Pero, al momento de destapar aquella caja su mirada cambio a un estado extrañado de que aquel objeto que se encontraban entre sus manos, no lo había tocado, al menos el. Se encontraba perturbado. Decía: No puede ser. ¡No pude ser!. Mientras lo pensaba levantaba la tapa de la caja y una y otra vez, se dio cuenta de que cada vez faltaba un chocolate más. La cerró y la destapo. La caja cada vez que la abría, desaparecía uno y desapareció otro, y otro. Todos los chocolates estaban desapareciendo. Finalmente destapó la caja rápidamente y se dio cuenta de que… todos desaparecieron. Hasta que por fin se dio cuenta, que los chocolates desaparecían. Todos y cada uno estaban en… (Gritos) ¡La tapa! Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!!!

Pero esto no ha terminado.

Un día el destino de este señor fue a terminar en una caja, pero de… cementerio.

Entonces se llevaron el cajón a la última morada. Y todos los presentes querían ver al difunto.

Decían: Esta será la última vez, hay que darle el último adiós.

Así que el doliente principal abrió la caja para que todos lo vieran. Pero cuando lo hizo, el señor estaba… en la tapa de la caja!!!

(Ora si griten) Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!!!.

Tan, tan. Se acabó.

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